El Proyecto Islero fue un intento de España, durante la dictadura de Franco y las primeras etapas de la transición democrática, para desarrollar su propia bomba atómica. Este proyecto es uno de los más secretos del franquismo, buscaba dotar a España de los medios para una política exterior y de defensa independiente, una visión que era parte de la ideología nacionalista del régimen. Proyecto inicial Este proyecto fue concebido a finales de los años 50, tras la independencia de >Marruecos y la guerra de Ifni, con el objetivo de contener las ambiciones territori8ales de Marruecos y disuadirlo de invadir Ceuta, Melilla, las Islas Canarias y el Sáhara. La ayuda tecnológica francesa, en particular para la construcción de un reactor nuclear, fue crucial, ya que Charles de Gaulle apoyaba la idea de una potencia europea aliada y reacia a la OTAN. Sin embargo, el proyecto enfrentó varios contratiempos y no prosperó inicialmente. El "incidente de Palomares" en 1966, donde se
Tanto en óleos como en dibujos,
solo o en retratos colectivos, Goya dejó reflejado su autorretrato en numerosas
obras.
Cronológicamente, los
autorretratos dan una idea clara de la evolución de Goya, tanto en su aspecto
físico como psicológico.
1773-75 |
Años 70
Francisco
de Goya (1746-1828) dejó su imagen para la posteridad en numerosas ocasiones, unas
veces con su efigie, otras de cuerpo entero y en numerosas ocasiones incluido
en el conjunto de un cuadro de grupo,
El autorretrato
más temprano que se conoce fue probablemente realizado hacia 1773-75 (óleo
sobre lienzo) tras la vuelta de su viaje a Italia de 1770. Existen, sin
embargo, varias hipótesis sobre la cronología de la obra, algunos autores le
dan una fecha anterior al viaje y consideran realizado para que su familia lo
tuviera presente ante su inmediato viaje. Otros especialistas creen que es un
retrato de bodas.
Goya se
representa de busto y en posición de tres cuartos mirando al espectador con
ojos expresivos y penetrantes. Aparece con larga cabellera suelta cayéndole por
los hombros hasta llegar a la casaca que lleva puesta confundiéndose con esta y
el fondo oscuro. Destaca su redondeado rostro y su constitución algo gruesa.
Este es
un retrato de corte realista, afín a la moda imperante. Se conocen varias
copias y réplicas de este retrato.
1783 |
Años
80
En 1783
encontramos otra nueva imagen del artista. Esta vez también aparece de tres
cuarto, pero en actitud concentrada en el motivo del lienzo que parece pintar,
y cuyo pincel se observa en su mano derecha. Aquí la pincelada es aquí más
suelta y Goya se muestra vestido con ropa cómoda en un interior sobre un fondo
liso y neutro. Su figura nos sigue mostrando a un hombre corpulento con una
abundante cabellera recogida en una coleta. El único elementos que aparece con
él, además del pincel, es el borde del lienzo en el que trabaja. El estilo está
entre el neoclasicismo y el romanticismo del XIX.
Este
mismo rostro suyo lo va a reproducir en su “Predicación de San Bernardino de
Siena” (1781-83) donde Goya aparece autorretratado a la derecha, entre la
multitud. Asimismo, aparece en el Retrato
del Conde de Floridablanca de
1783 y en la obra que dedicó al año siguiente a representar la familia del
infante Luis de Borbón.
Además
de pintura, también existen numerosos dibujos en que el artista se autorretrata
en esta época, como el busto con peluca del Museo de Bellas Artes de Boston, a
grafito; el conservado en el Museo de
Arte Moderno de Nueva York con sombrero de tres picos (probablemente de 1783),
de pluma y tinta sepia; y otro de alrededor de 1800, pintado a tinta china y
aguada donde aparece su cara totalmente de frente y con una melena unida por las patillas a la barba. Su
mirada es de gran intensidad.
1795 |
Años
90
Entre
1790-95 realiza Goya un pequeño autorretrato de cuerpo entero (pocas veces se
representa así) conservado en la Academia de San Fernando, el llamado
Autorretrato en el taller. Se muestra de perfil mirando al espectador y a
contraluz, pintando un lienzo, que no se ve, delante de un gran ventanal. Viste con calzas y chaquetilla y lleva un
extraño sombrero en el que hay unos soportes para poner velas, con las que se
supone que pintaba de noche. La pintura dista mucho de los encargos oficiales.
De
1796-97 es otro lienzo sobre fondo neutro donde se ve al artista sentado frente
a un lienzo. Sus ojos miran intensamente al espectador y llama la atención en
su atuendo un pañuelo estampado anudado al cuello. Algunos críticos sugieren
que fue realizado como regalo a la Duquesa de Alba.
Otros
dos autorretratos al óleo muy parecidos de busto corto y con gafas (el artista
pasaba ya los cincuenta y probablemente necesita gafas debido a la enfermedad
de 1792 que le dañó el oído y posiblemente la vista). Se encuentran en el Museo
Goya de Castre y en el Bonnat de Bayona, ambos en Francia. Viste elegantemente
al modo burgués y su densa cabellera gris está peinada hacia atrás, dejando ver
unas anchas patillas. En su rostro serio se refleja cierto cansancio. Sobre esta imagen se señala que es probable
que sea la misma que aparece en el lienzo de la familia de Carlos IV pintado en
1800, obra esta de gran significado, con evidente intencionalidad dinástica, y
que demuestra su gran admiración por Velázquez al retratarse realizando su
oficio en la misma actitud que el artista sevillano.
1800 |
Entre
los años 1797 y 1799 Goya trabaja en la estampación de la serie de Los caprichos.
En ellos aparece varias veces su autorretrato, como en “El sueño de la razón
produce monstruos” , en uno de cuyos
dibujos preparatorios se
aprecia la imagen del artista reclinado y rodeado de sueños de pesadilla
constituidos claramente por la representación de su rostro; o en su
autorretrato Francisco Goya y Lucientes,
pintor, con sombrero de copa, descrito en la época como de gesto
satírico, en alusión a la intención crítica de esta colección.
Últimos
años
También
se conservan autorretatos de Goya ya anciano, como los dos lienzos casi
idénticos realizados ambos en 1815, uno se encuentra en el Prado y otro en la
Academia de San Fernando. No se sabe cual fue primero ni por qué se realizaron
ambos.
1824 |
Aunque
ambos son muy parecidos, se pueden apreciar ciertas diferencias. El de la
Academia tiene la inclinación de la cabeza más acentuada y su pelo es más
corto, pero en ambos lleva el mismo atuendo. Pero hay otro diferencia aún más
sutil. En el del Museo del Prado se ve
al artista enfermo, fatigado y más envejecido, además, está más serio que en el
de la Academia donde se le aprecia una media sonrisa a través de los labios. El
fondo de ambos lienzos es muy oscuro (en una marrón oscuro y en el otro negro),
lo que da un profundo relieve a su imagen, donde se concentra la intensidad del
retrato. El rostro de Goya aparece enmarcado por un pelo alborotado
y grisáceo que deja a la vista una frente despejada y un porte orgulloso y
digno.
En 1820, con setenta y tres años, Goya realiza un lienzo en
agradecimiento al doctor Arrieta, quien le atendió en la grave enfermedad que
padeció un año antes (posiblemente tifus) en la que fue atendido por este
doctor amigo suyo.
La que
se cree es la última imagen del pintor aragonés es la que se conserva en el
Museo del Prado y que data de 1824, un dibujo que muestra su rostro de perfil y
tocado con una gorra.
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