La energía eólica y la energía solar representan dos de las fuentes más prometedoras y sostenibles de energía renovable en nuestro mundo actual. Ambas aprovechan las fuerzas de la naturaleza para generar electricidad, pero lo hacen de maneras distintas y con tecnologías únicas. Las renovables Las energías renovables, como la solar fotovoltaica, la solar térmica, la eólica y la hidráulica, son consideradas algunas de las mejores alternativas para mejorar el medio ambiente debido a su capacidad para generar electricidad sin emitir, en principio, contaminantes o gases de efecto invernadero. Estas fuentes de energía aprovechan recursos naturales inagotables y están disponibles en abundancia en nuestro entorno, lo que las hace accesibles y sostenibles a largo plazo. La transición hacia energías renovables es fundamental para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el cambio climático. Además, las energías renovables ofrecen una solución ante la dependencia de import
Wilde
era todo un dandy y centro de atención de los salones de la época que
conquistaba a sus oyentes con su ingenio.
Pero la
misma sociedad que lo encumbró, lo abandonó y lo juzgó, considerándolo un
pecador y un inmoral, lo que le llevó a la más absoluta de las miserias.
Un genio rebelde de la literatura
El escritor, poeta y dramaturgo irlandés Oscar Wilde
(1854-1900) es uno de los autores más reconocidos de la historia de la
literatura. Era extravagante y llamaba la
atención allá a donde iba. Para él, “ser natural es simplemente una pose”.
Además era una máquina de pronunciar frases ingeniosas, tanto en sus obras como
en la prensa.
Fue el abanderado del “esteticismo
inglés” que defendía el
arte por el arte, sin ataduras religiosas o morales. Ante una sociedad
pragmática y rígida, el relax y la devoción por lo hermoso que proclamaba el
esteticismo eran una provocación. Los esteticistas defendían que el arte era el
fin en sí mismo y que lo más importante es el placer que produce la visión de
la belleza. Muchos tacharon al movimiento de vacío
y autoindulgente.
Wilde
comenzó a llevar el pelo largo, a desdeñar abiertamente los “deportes”
masculinos y a decorar con plumas de pavo real y girasoles su habitación de la
residencia donde estudiaba y donde se sospechaba su amaneramiento. Sin embargo,
este culto a la excentricidad se
propagó entre ciertos segmentos de la sociedad hasta un punto tal que las actitudes
lánguidas, las vestimentas exageradas y el esteticismo en general se
convirtieron en una pose reconocida.
El público se debatía entre amarlo
u odiarlo. Caía bien, por lo cultivado de su humor, pero jugaba
con la idea de moral y parecía peligrosamente libre para la sociedad
victoriana.
Wilde,
cosechó enseguida premios y éxito que le lanzaron al estrellato. En 1881, con
veintisiete años, publicaría su primera recopilación de poemas, que le llevó a dar
conferencias por Estados Unidosy Canadá.
Dio entrevistas y conferencias por todo
el país por lo que el tour que iba a durar unas semanas y al final se prolongó
durante casi un año.
En 1884, después de su periplo por Norteamérica y París,
Wilde contrajo matrimonio con Constance Lloyd, con la que tuvo dos hijos, Cyril
y Vyvyan.
A partir de ahí comienza el periodo más fructífero y creativo
de su carrera, publicando numerosas obras dentro del género (El príncipe feliz
y otros cuentos –1888- y Una casa de granadas –1892-). Pero la obra sin duda
más recordada de Wilde sería El retrato de Dorian Gray, la única novela que
publicó el autor y que sería objeto de críticas voraces por el implícito
erotismo entre hombres, que no sentó nada bien a la sociedad de la época (este
libro ha sido objeto de múltiples adaptaciones cinematográficas, que han querido
explorar el mito de la juventud eterna).
Tras el éxito cosechado en el género de los cuentos y de la
novela, Wilde exploró el campo del teatro con El abanico de Lady Windermere, al
que siguió Una mujer sin importancia, Un marido ideal o La importancia de
llamarse Ernesto, que le reconocieron como afamado autor de teatro.
Gloria, decadencia y miseria
En 1891, Wilde conoce a Lord Alfred Bosie Douglas, el tercer
hijo del Marqués de Queensberry, y pronto inician un romance que les convierte
en inseparables. Cuatro años después, el escritor demandó al padre de Bosie por
difamación ya que le había acusado de homosexualidad. Wilde retiró el caso,
pero fue arrestado y declarado culpable de” indecencia grave y comportamiento
homosexual” fue condenado a dos años de prisión y trabajos forzados.
La
sociedad que antes lo había encumbrado, ahora también lo juzgó, considerándolo
pecador e inmoral.
Alejado de su familia, pues tras el escándalo Constance huyó
a Suiza con su hijos (cambió su apellido y el
de los niños por Holland, aunque nunca se divorció de Wilde, quien también fue obligado a
renunciar a la patria potestad de sus hijos), Wilde sigue
escribiendo durante su encierro. De esta época surge De Profundis, una larga
carta dirigida a su amante en la que rememora su relación y se reafirma en sus
actos. Tras su liberación escribe Balada de la cárcel de Reading, poema sobre
la relación entre el amor y las convenciones sociales, entre la vida y la
muerte, todo bajo la agonía de su encierro.
Su paso por la cárcel debilitó su
salud y le arruinó, pero al salir de allí retomó la amistad con Douglas y se reunieron en agosto de
1897 en Ruan.
Por supuesto, la reunión fue desaprobada por los familiares y amigos de ambos.
Wilde y Douglas vivieron juntos unos meses al final de 1897, cerca de
Nápoles,hasta que la amenaza de sus respectivas familias de cortarles los
fondos terminó por separarles.
A partir de ahí, Wilde se dedica a vagar por Europa sin poder
recuperar la creatividad que le había encumbrado pocos años antes.
Wilde
pasó el resto de su vida en París, en donde vivió bajo el nombre falso de
Sebastián Melmoth. Allí, y de la mano de un sacerdote irlandés de la
Iglesia de San José, se dice, se habría convertido al catolicismo, fe en la que
supuestamente murió.
Solo y enfermo de meningitis, Oscar Wilde fallece el 30 de
noviembre de 1900 en París, donde descansan sus restos en una tumba que se ha
convertido en lugar de peregrinación mundial.
En 1950,
cincuenta años después de morir, las cenizas de su amigo Robert Baldwin Ross fueron añadidas a su tumba, en el
cementerio de Pére-Lachaise. Este crítico de arte aseguraba haber sido el primer amante
masculino de Oscar Wilde.
Si en su
vida la idea del pecado y de la culpa lo llevó a confesar que, dado que había
sido el más feliz de los hombres, después de ser condenado, era justo que se
convirtiera en el más infeliz, nada de esta culpabilidad se refleja en su obra.
*****
- Virginia Woolf y los apóstoles de Cambridge
- La maldición de las hermanas Brontë
- Louise Jopling: una pintora independiente en la Inglaterra victoriana
- Hermandad Prerrafaelita: la ruptura con el academicismo inglés
- Jack "el Destripador" podría no haber sido hombre, sino mujer